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UNA REHALA

UNA REHALA

No hay verdadera montería sin perros. Cuando se montea de verdad, es decir, con todos los elementos que el caso requiere, y entre ellos, y en lugar preeminente, varias rehalas punteras, éstas lo van diciendo todo. Lo van diciendo todo al que sabe escuchar, que no es fácil. Si sabe escuchar, aunque le haya tocado un puesto en que, por mala suerte, no haya tenido vista sobre el terreno, se habrá podido dar perfecta cuenta -siempre y cuando los perros sean de calidad- de todo cuanto ha sucedido en el día. Desde la hora en que se soltó hasta en la que se terminó la batida: de si ha habido interés o no, de si se ha tirado bien o mal, de si la caza ha corrido en dirección que convenía, de si se ha vuelto o de si no ha salido. En fin, de todo se habrá enterado y bien poco será lo que le puedan contar los que han tenido la suerte de presenciar el conjunto.

Veinte Años de Caza Mayor. Conde de Yebes.

EL PERRO DE REHALA

EL PERRO DE REHALA

El buen perro de rehala, sea cualquiera su clase, desde el puro podenco envelado y peliduro al de padres desconocidos y tipo inverosímil -que los dos pueden ser de punta-, requiere, entre otras, las siguientes características principales: fuerza, coraje, perseverancia, vientos y dicha. A cuál de ellas mas importantes, y si no las reúne es un perro incompleto.

Veinte Años de Caza Mayor. Conde de Yebes.

lunes, 30 de noviembre de 2009

Zahurdillas (Hornachuelos, Córdoba)


Parecía que nunca iba a llegar el día, mucho tiempo con la fecha marcada en el calendario, muchas charlas sobre el estado de la mancha, muchos partes desde la propiedad y guardería, en resumen: muchas ganas de que llegase el día grande de esta magnífica finca de nuestra Sierra de Hornachuelos.

Nuevos aires, después de muchos años, en relación a la orgánica. En mi modesta opinión, ni peor ni mejor, simplemente otra de las conocidas. El mal regusto dejado por los anteriores hacía que la novedad llevase de la mano expectación y más sabiendo que habían puesto mucho de su parte para que la finca estuviese cargada de reses: no había faltado comida en todo el verano y la tranquilidad de tener todo vendido desde tiempo atrás únicamente provocaba que se aguardara con ganas la llegada del día "D".

El rezó fue seguido con respecto por los monteros presentes.

Ha sido la comidilla de muchos corrillos, pues se trata de una mancha de sobrado cumplimiento y había ganas de ver que pasaba este año en que parecía que no iba a haber excusas y que los nuevos venían con fuerza y ganas. Muchas caras conocidas en la junta, allá por La Atalaya. Temprano se citó, pero la falta de agilidad y que el lugar para organizar las armadas era poco idóneo provocó que hubiera puestos, como el mío, que hasta cerca de las doce no soltara los trastos bajo su tablilla. Mientras, las rehalas ya iban camino de las sueltas. Por cierto, que alegría ver que por fin se montea Zahurdillas con rehalas y no con sucedáneos. Allí estuvieron, entre otras, la que fuera de Curro Vega (q.e.p.d), la que fuera de Jubel (q.e.p.d.) hoy de Calixto y Rafa, la de Roda, la de Tolin de Adamúz, la de Vadillo, la de Cabanillas, la de Galo y muchas mas, en fin otra cosa.

Que bella estampa la de los podencos de Vadillo (divisa a franjas grises y rojas, collarín verde)

Tiros se sintieron pocos, al menos desde la traviesa de Los Hornillos, desde donde pude ver mucho movimiento por El Cerrejón, madre de esta finca. En cambio a pesar de no sentir mucho tiroteo el resultado cumplió. Se sobrepasaron las 55 reses, destacando dos marranos sensacionales, un par de venaos bastante buenos y un gamo. Tratándose de una finca abierta, dando a la carretera y teniendo en cuenta que días anteriores se habían monteado las fincas linderas, el resultado tiene poco que objetar. Yo, personalmente me quedo con un sabor un tanto amargo, y es que conocía lo bien que ha llegado a estar la mancha semanas antes, lo tomada que la tenían los guarros y los cinco o seis venaos de buen porte que rondaban los comederos en berrea. En fin, es lo que tienen las fincas abiertas y es lo que tiene que se marque la fecha con tanta antelación y no se sepa rectificar para darla cuando hay que darla.

Guardería de Zahurdillas y Los Corrales junto a un bonito venao abatido en la armada del Río.

Como año tras año, este es ya mi cuarto año monteando Zahurdillas, me quedo con el buen trato que ofrece la propiedad, D. Andrés a la cabeza, así como la guardería (Ángel, es un fenómeno) que amablemente abren las puertas de su casa en este día y se preocupan por los amigos. Como no podía ser de otra manera volví a ser de los últimos en salir del cortijo, del que cuesta mucho salir cuando se repasa la actualidad campestre junto a la chimenea, el agua de fuego y el pastelón cordobés.

La foto en el poyete del cortijo, todo un clásico.

lunes, 23 de noviembre de 2009

San Nicolás de los Borres (Córdoba)


Cuando un amigo se acuerda de ti, entre tantos compromisos y familiares, y te avisa cuando montea lo suyo, te hace una tremenda ilusión. Este fue mi sentir cuando la semana de antes me avisó mi amigo Martín: "Rorry, que el viernes echamos lo nuestro, contamos contigo. A las 8:30 en la casa de La Alhondiguilla". Siempre tan serio y decidido para estos temas, como para decirle que no al bueno de Martinaco.

Es una casa donde se piensa y requetepiensan todos los detalles, no dejando nada en el aire. Tanto padre como hijos se vuelcan completamente en ese día, el gran día, el de su montería. Cada puesto está donde está por alguna razón, y siempre se experimenta con alguno de nueva ubicación, al que por cierto nunca le sobran pretendientes porque conocemos el buen ojo que tienen para este tipo de experimentos.


Raúl, perrero de Cruz y Alcaide, Joaquín, perrero de Borland y Alfonsito Enríquez antes de partir hacia la mancha.

Y que buena cuadrilla nos reunimos. Grandes amantes de la montería, de esos que aburrimos al foráneo con el mono tema cuando nos juntamos tomando una cerveza. Rehalas, de lo mejorcito, ya no sólo por sus buenos perros sino por el compromiso y la profesionalidad de unos perreros que se dejan la piel cuando van a casa de un amigo al que aprecian y valoran. Si encima el trabajazo en cuidar la mancha que se ha dado la propiedad tiene sus frutos, poco, o mas bien nada más, se puede pedir.


Cruzaos de Pedro Armenta, divisa amarilla.

Mi puesto, muy bonito, de esos que invitan a cargar a prisa y corriendo el rifle porque te da la sensación que al poco de trasponer el cerrete los coches de la armada vas a tener las primeras reses a tiro. Ya me comentó Martín al preguntarle por el puesto que me había dado que se trataba de una silleta muy bonita y de la que más tarde me dieron muy buenas referencias los "Rafas" (Alcaide y Cruz) pues estuvieron hace dos años allí puestos. Álvaro, se quedó en el puesto anterior al mío, y me llenó de ilusión verlo como un niño chico, nervioso y con ganas de darle más de un susto a algún venao, estrenando por fin su 8x68.


Martín y José Ignacio rodeado de sus amigos antes de salir hacia las posturas.

No habían pasado ni diez minutos cuando un tocón se mete encima mía, sin inmutarme y con el aire a favor se para a menos de 20 metros. Que bella imagen el verlo a tan próxima distancia. Con el ruido provocado por los furgones de los perros, se sienten las primeras carreras, una cierva y su chota cruzan por el cortadero. El nerviosismo de los canes, impacientes en los camiones, aguardando la hora exacta de la suelta provoca el continuado vistazo al reloj deseando que se produzca la suelta próxima al cortijo.

Creo imprescindible detallar las rehalas convocadas pues su magnífico trabajo fue elogiado por todos los monteros asistentes (muchos de ellos entendidos en la materia y de total confianza al valorar su opinión), lástima que mi cortadero no diera para ver más de su trabajo, no pudiendo disfrutar de las misma manera que disfrutaron el resto de amigos con las rehalas de:

- Rafael Alcaide y Rafael Cruz. Perrero: Raúl. Divisa: Verde con "corbata" de la bandera nacional.
- Manolo Pérez. Perrero: Prosineski. Divisa: Marrón con collarín de la bandera nacional.
- Pedro Armenta. Perrero: Pedro Armenta. Divisa: Amarilla.
- Rafael Borland. Perrero: Joaquín Borland. Divisa: Negra sobre fondo azul y collarín amarillo.
- Jesús Bernier. Perrero: Rafael, El Poenco. Divisa: Amarilla y collarín amarillo.
- Luis Giménez. Perrero: Adolfo. Divisa: Roja y goma verde.
- Martín Sánchez Ramade. Perrero: Gitanillo. Divisa: verde claro y collarín verde claro.
- Eduardo Cadenas de Llano. Perrero: Pepe Sartén Chico. Divisa: Bandera nacional sobre fondo azul.
- Antonio Ángel Marín. Perrero: Perico. Divisa: Azul y collarín de la cencerra azul.


Manolo Pérez, padre e hijo, pasando revista a sus perros antes del partir de las armadas.

Únicamente Prosineski, perrero de Manolo Pérez, pasó por mi postura y me echó alguna cierva cuando ya venia de vuelta camino del cortijo. El comentario fue unánime, magnífico el trabajo de los perros y de los perreros. Me quedo con el hecho de que algún que otro amigo, poco puesto en esto de las rehalas se acercara a preguntarme de quien eran los perros de tal o de cual collar pues había disfrutado una barbaridad viéndolos trastear frente a su postura. Así es como uno se aficiona de verdad y no pegando tanto tiro.

Collera de podencos de Manolo Pérez, divisa marrón y collarín de la bandera nacional.

Los tiros no cesaron en toda la mañana, a mi espalda sentí a Grego tirar en varias ocasiones, a mi izquierda los "petardazos" del 8x68 de Álvaro me hacían pensar que estaba disfrutando de lo lindo y los ánimos de los perreros a sus bravos perretes confirmaban que estaban saliendo marranos de las caídas al río. El duro trabajo del verano y el mimar de los días previos estaban dando su resultado.

De las pepas del cupo tiré dos que me entraron, las dos se fueron dadas y es que no acabo yo de centrarme si no se trata de venaos y marranos. Una me la remato José Ignacio, y la otra parece ser que apareció luego a espaldas de mi puesto, que duras son las joias y que poco acertado estuve. De vuelta me encontré a Álvaro que estaba pisteando una de las ciervas que había tirado, anduvimos tras la sangre más de 300 metros y nada, no hubo manera de dar con ella. Al rato la cencerrilla de un valiente de Luis Giménez se siente, un podenco berrendo, el "Pirata", que aparece por el carril buscando la suelta. Le echo mano y aviso a Adolfo que ya venía de camino buscándolo junto a Luis padre. Que dura labor la de búsqueda y espera por parte de los dueños de rehala y los perreros una vez finalizada la montería.


Álvaro, Joaquín, José Ignacio, Martín, Juanele, Javi, Alfonso, Rorry y Álvaro esperando las reses.


En el cortijo, todo caras de satisfacción. Casi todo el mundo había tirado y sobretodo había disfrutado con el día, valorando el buen trabajo de las rehalas. La comida de categoría y el potaje de los de echarse a llorar, sensacional. Luego, con las reses ya recogidas, y con la tranquilidad del trabajo bien hecho, momento de un "refresquito" dando el parte del día a unos anfitriones que habían conseguido que disfrutáramos de un día inolvidable entre amigos y con un gran resultado. La cosa se alargó y como no podía ser de otra manera quedamos los íntimos, es decir, los de siempre.

José Ignacio comenta el resultado en la junta de carnes con Cristiano, perrero de Pepe Ortega, y Rafa.

Desde aquí, un fuerte abrazo a Martín y a José Ignacio, cuando las cosas se hacen así, es difícil que no salga todo tan bien. Enhorabuena amigos.

Alfonso, Manolo, José Luis y Joaquín celebrando el resultado con Martín.

martes, 17 de noviembre de 2009

Escoboso (Villaviciosa, Córdoba)


La Peña, para que nos entendamos. A mi es que me gusta su nombre de toda la vida: Escoboso, aunque D. Santiago decidiera denominarla así en su día. Esta finca, situada en la carretera que une Villaviciosa de Córdoba con Posadas es una maravilla, tiene de todo: una dehesa quebrada y rica con encinas y alcornoques, unas caídas al río con monte de cabeza y manchas apretadísimas, así como un sucio pinar que ayuda al rico y sano mosaico que forma la finca. En cuanto al cortijo, yo personalmente, me quedo con el sabor que tiene el de Navamuelas pero sin desmerecer al cortijo principal que es muy bonito y con gusto, siendo su porche un lugar con mucho encanto.

Las "bestias" ofrecieron un añejo sabor a la junta en Escoboso.

Iba yo con mucha, con muchísima, ilusión a Escoboso. Es de las fechas que cuando te avisan no se le olvidan a uno. Aunque si había ido a ver la berrea algún verano o a echar el día de perol, nunca había ido a montear, y lo dicho, me hacia mucha ilusión poder asistir esta temporada a Escoboso. Se echaban dos manchas de las cerca de 2.000 ha que tiene: La Palmilla y el Cerro de Escoboso. Puestos se montaron unos 40. Se dispuso de 21 rehalas para mover las reses y llevarlas a las posturas.

Santi fue el encargado de repasar las normas antes de salir las armadas.

En el numero 3 de la golondrina fuimos a parar mi padre y yo, armada de cierre con la zona de los pinos. Puesto con mucha vista, sobretodo un amplio pechete que teníamos a nuestra izquierda por el que vimos moverse reses cuando íbamos camino de la tablilla. Al ser nuestra armada de las primeras en ponerse, frente a nuestra postura vimos pasar las traviesas que rápidas se dirigían hacia el interior de la mancha. Alguna rehala, entre ellas la de Los Viboras, también paso camino de la suelta. El "baile" estaba apunto de comenzar.

Los perros nos entraron por la derecha, sintiendo tirar a los primeros puestos de nuestra armada. En un morretito lejano y con la llegada de los primeros perros se sintió un seco "jau, jau, jau", al momento un serio y contundente gruñido nos pone en alerta, el marrano estaba allí encamado, y el perro latiendo de parada. Tenia que ser grande, pensé. Pues tardo poco en acabarse el encontronazo pues desde que se sintió el gruñido no se volvió a saber mas de guarro, la rehala (siendo benevolente) estaba poco puesta, una lastima pues deslució mucho nuestro puesto. Al poco de llegar frente a nosotros se arranca una collera de venaos, eso si, sin ladra ni perros ni nada, lo dicho muy flojita la rehala, (suerte que no la conocía, sino me hubiera dado un disgusto). Vienen directos hacia nosotros, y lo que pasa cuando se duda: que si el primero es bonito, que si el segundo parece mejor que si pitos que si flautas (excusas) y los tiras de mala manera. Pues claro, se fueron, lo peor la carita que se nos quedo: un poema. Tremendo.

Allí estábamos, con la vista fijada "pecho enfrente", serios como una estatua y dándole vueltas a lo mal que habíamos jugado el lance cuando por el corono veo aparecer un venao que zorreao se mete en nuestro testero, lento pero sin dudarlo camina buscando su huida. ¡Papa, el venao! Aprieta la carrera con el primer tiro, viéndolo tocado tras saltar el carril. El tiro que acuso había sido trasero y cargando rápido lo remato. Costo mas quedarnos con el de lo que debiera, la desconfianza que da el haber fallado una res anteriormente. En parte se había ido el mal sabor de boca de haber hecho el indio con la collera garrafalmente marrada.

Muy bonito y parejo el venao cobrado en el 3 de la Golondrina.

Sentimos los perros de vuelta. Aquí esta todo "el pescao vendió", pienso. El paso de la rehala camino del camión como para mirar hacia otro lado. Decidimos recoger e ir a marcar el venado, un diez puntas muy bonito con el que nos fotografiamos orgullosos, era mejor de lo que pensamos.

Contento, posando con el venado de Escoboso.

En la casa, los primeros comentarios y las primeras conclusiones: suerte dispar. Mi amigo Diego, en uno de los últimos puestos de nuestra armada se había "tiznao", me alegre mucho por él pues habia empezado fallón esta temporada. Uno de los mejores puestos el de otro buen aficionado, Antonio, que contento posaba con su collera de venaos.

Puestazo el de Antonio F. en Escoboso.

En buen día el que echamos en Escoboso, gente conocida, buen ambiente y un gran resultado el que se cosecho. Me quede con ganas de ver montería: el trabajar de las rehalas, las corridas de las reses seguidas de los perros, ver alguna faena en condiciones de un perrete,... En fin, lo que nos gusta a los bichos raros que no nos basta con cobrar una res, eso es muchas veces secundario.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Los Rayos (Hornachuelos, Córdoba)


Ilusionadísimo subía con mi buen amigo Antonio Jesús carretera de San Calixto pa´lante. El domingo se echaba Santa María de los Ángeles, para que nos entendamos, Los Rayos. Tanto que había oído nombrar esta finca me hacía mucha ilusión conocerla, siempre me habían hablado de los buenos venaos que se creían en su dehesa, algunos de los que hasta se dejan ver desde la misma carretera.

Paramos en La Saucedilla. Pepillo, perrero de Juan Andrés Parladé estaba cargando los perros, por lo que nos acercamos a echarle una manilla y de paso conocer las perreras. Pepillo "Parladé", como se le conoce en el gremio, me mostró las instalaciones, los cachorros de este año y las camadas de figuras que tenía recién nacidas. También vimos los descendientes de "Chocolate", un atravesao que tiene una planta de cuadro, y que ya lo conocia yo de otras veces que he coincidido con él. La junta era en la entrada de la finca y allí que nos fuimos con tranquilidad, hoy no había prisas, íbamos de acompañantes de Pepillo en su mano, por lo que hasta las 12 o así no saldríamos hacia la suelta.

"Chocolate", atravesao de la rehala de Juan Andrés Parlaé.

En la carretera, los furgones de los perros en fila, allí había material, que diría un amigo: Poco a poco fui saludando a los artistas allí presentes: Sebastián, de la Duquesa de Cardona, José, del Marqués de Contadero, Oscar, que fuera de Curro Vega (q.e.p.d.), Francisco "Melojito", de la Duquesa de Medina de Rioseco, Fernandito, de Gonzalo Morenés, Berenguer, de Juan Fdez de Mesa, Ballesteros, de la que fue de D. Juan García Liñan (q.e.p.d.) y Gabino del Marqués de La Puebla de Cazalla, que también vino desde Piedrabuena.

Suelta de la rehala de Parladé en Los Rayos.

Nuestra mano la componían las rehalas de: Curro Vega (divisa bandera nacional), Marques del Contadero (divisa a franjas azules y rojas), Duquesa de Cardona (divisa marrón con collarín de la cencerra azul) y la de Juan Andrés Parladé (divisa azul y amarilla), casi ná. La suelta, espectacular. Puede parecer muy monótono el comentario acerca de la suelta, pues todas son preciosas, pero creerme, ver los podencos capitaneados por Sebastián salir de la furgoneta en dirección hacia donde él se dirige tocando su caracola, es una maravilla de las que en pocas ocasiones se tiene la oportunidad de presenciar. Pepillo Parladé con sus podencos y cruzaos mostraba una estampa preciosa, lastima que lo seco del pasto enrareciera la imagen.


Bella imagen la de la suelta en Los Rayos.

Al poco, las primeras ladras y sus consiguientes carreras, el cervuno se descargaba hacia la parte mas llana de la finca. Algún venado de buen porte se dejaba ver, majestuoso en su huida, con mucha leña en la cabeza. Que buenas cuernas se crían en aquella dehesa. Cuando quisimos darnos cuenta íbamos prácticamente sin perros, entre las pepas y el marrano que habia cantado Sebastián a nuestra izquierda la simple compañía del alano obligo a parar y esperar para poder continuar con la mano. Un piropo a los perros de Pepillo al paso por alguna postura hacia crecer el pecho de tan buen perrero dándole ánimos en su dura tarea de trastear la mancha.

Una parada dejando hacer a los perros.

Ya quedaba poco para llegar a los manchones del final, donde debían estar encamados los marranos, unas solanillas con muy buena pinta enriscadas en sus altos. "Aquí siempre salen cochinos" me comentaba Pepillo mientras llamaba a sus pupilos, que habían salido tras una chota que saltó de los mismos pies. Al poco la primera ladra de parao, un guarro delante nuestra se enfrenta a los perros. El alano sin pensárselo sale en busca del agarre. No llega a tiempo, ha echado a correr y parece que va directo al puesto que domina el pechete por el que vamos monteando. La montería esta en todo su esplendor.


Estampa del atravesao del Marqués de La Puebla de Cazalla (divisa dorada y azul).

El viento azotaba fuerte, cuesta casi andar por esa zona tan pedregosa que corona los cerretes de nuestra mano. El movimiento de reses no cesa, llega un momento que da la sensación que cada rehala esta "metía en un fregao". Los perros del Marqués de La Puebla de Cazalla, capitaneados por Gabino (divisa dorada y azul), a nuestra derecha, laten un marrano de parada, los de Parladé no dudan y van en busca de la llamada de los atravesaos de Piedrabuena. El agarre es todo un hecho, al principio parece que lo tienen pero el marrano se mueve y como una nube blanca, a lo lejos, se ve la dirección que va tomando el agarre. Avisamos rapido a Gabino, que lejos del lugar de marras, parece que no llega nunca. Pepe "Parladé" anima a Antonio Jesús a que se acerque al agarre, vaya que dañe a alguno de los perros allí enfrascados. Raudo y veloz, llega al agarre, y culmina el lance dando muerte a cuchillo a un navajero de los que "avían" una rehala.

Muy en tipo el podenco de la Duquesa de Cardona (divisa marrón y collarín azul).

Llegando al cerro de la antena, un parón: esperar a que se agrupen las rehalas para coger camino de vuelta. En la espera vemos a Oscar, perrero que fuera de Curro Vega, levantar algún marranete cuando esta topándose con la tela que pone fin a su mano. Nos juntamos con Sebastian y haciendo caso de sus sabias palabras emprendemos camino de vuelta a la suelta, eso si, muy despacito, es el momento de sacar los marranos. Así es, algún marrano mas sale de nuestras narices.

El paso por un puesto nos hace detenernos: saludos, comentarios de la jornada, un bucho de agua y ligeros para las furgonetas que esto está "acabao". Rápido recoge Pepe sus perros y decide llevarlos a la perrera, pues le pilla cerca. Entre tanto contemplo "embobao" como Sebastián toca el caracol llamando a sus perros a la vez que va acollarándolos, que lástima que algo asi se vaya perdiendo. Que estampa mas bonita la de los podencos acollaraos.

Sebastian tocando la caracola, junto a él, sus berrendos acollarados.

Luego, ya en la casa, cada uno contando su batalla. Mi amigo Patricio no tiro su venado grande de cupo, esperándolo, esperándolo nunca llego. Luego se arrepintío de no haber tirado el primero que le entró, ahora, en frio, cría que si era grande. Los cupos tienen su cosa y es difícil acertar. Eche un buen rato con Juan Fdez de Mesa hijo, como no podía ser de otra manera, hablando de perros. Lo que debe alegrar que un hijo siga con la afición de su padre, un día trataré este tema, que no es nada facíl.

Hubo novio, y de la casa. Lucas cobró su primer venao, y un señor venao. Orgulloso acepto su noviazgo, como de costumbre fui cabecilla de las "perrerías" que estoicamente aguanto. Es difícil de explicar la manera en la que lo miraban sus padres. Una mirada de esas que hablan por si solas, mezcla de alegría, emoción, sentimiento,...que día más importante en la vida de un montero. ¡Viva el novio!

Gran montería la que se dio en Los Rayos, de los marranos, uno destaco sobre el resto, lastima que no luciera al no poder abrirle la boca. Venaos, dos primeras filas con mucha calidad. Desde aquí agradecer a Pepillo "Parladé" el que me permitiera pasar el día con el, disfrutar con el montear de sus perros y asi agrandar un poco más esta tremenda afición que tengo por el mundo de la rehala.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Doblete en las puertas de Córdoba.

Desde luego es todo un lujo esta finca. De la puerta de casa, hasta la finca, poco más de 15 minutos. Vamos, el sábado no tuve ni que madrugar para montear, hubo tiempo hasta para echar un cafelito sin prisas en el "Jaguarcito" con Fernando López (padre e hijo), Rafael Borland, Pepito Chanquet, Rafa Alcaide e Isidoro Aguilar. Cuando salíamos de la cafetería nos cruzamos con varios furgones de perros que iban solo "un poco" más lejos, al Carrasco. No esta lejos ni ná El Carrasco.

Iba con muchas ganas, Nino Barrios, buen amigo y gestor de esta finca, me había hablado mucho de ella y la verdad hacia ya bastante que tenia interés en conocerla. Me sorprendió gratamente, la imaginaba diferente, quizás sea la imagen que da a su paso desde la carretera lo que me hiciera caer en el error, pues la imaginaba mas adehesada y con menos monte. Craso error, ya que se trata de una finca preciosa, con unos desniveles tremendos y unos cerros imponentes. Como decía aquel: La finca solo tiene un "pero", que no sea mía.

Santiago del Moral, Rafa Alcaide, Pepito Chanquet, Nando Lopez, Rafael Alcaide, Pepe Chanquet, Isidoro Aguilar y Victor Alcaide antes de salir para la mancha.

Muchas y buenas rehalas se citaron, de memoria y por citar alguna, estuvieron las de Rafael Borland, Fernando López y Ricardo Torres, Martín Sánchez Ramade, Santiago del Moral, Rafa Alcaide y Rafa Cruz, Los Chalecos de Adamuz, Julián Contreras, Pedro Armenta, Matarratas de Torrecampo, Madueño, Arribas, Los Víboras y alguna mas que no llego a recordar.
Gitanillo, mostrando sus preciosos perros. Rehala de Martín Sánchez Ramade.

El puesto, el último de la armada Pinos-Mimosa, una maravilla. La demora del postor en colocar las posturas nos hizo llegar con el tiempo justo de cargar el rifle, al momento los primeros perros llegando a nuestra altura. Eran de Los Chalecos de Adamuz (divisa a franjas rojas y blancas), rehala formal, cumplidora y de la cual guardo gratos recuerdos, como mi primer cochino a cuchillo entrando con ellos en casa de mi amigo Álvaro.

Disfrutando estaba de las carreras alocadas de los instantes post suelta cuando de repente, a nuestra izquierda y a menos de 50 metros, una ladra, las tres rehalas que llevaban la mano, de cabeza al seco latir de los valientes, el corazón aporreándome el pecho y un marrano como un demonio por nuestra espalda. Con poca posibilidad de disparo se tapa a la volcá de un morretito sucio de jaras, José, El Chaleco anima a sus perros mientras me grita: ¡¡Rorry, Rorry, que los perros están frescos y te lo meten de nuevo encima, atento!! Anda que se equivocó mucho el de Adamuz, al momento y como un trailer, el marrano tronchando jaras de cabeza hacia mí, con la rehala entera detrás y con José azuzando a los suyos. Me encaro rápido y disparo, al instante una nube blanca rodeando al cochino, todo esto a menos de 20 metros. Le había dado y lo estaban agarrando los perros, corriendo aviso a mi padre que coja el cuchillo y entre al remate. Los "chatos" lo tenían bien sujeto y el tiro no era malejo así que decidido entro al remate finalizando así un lance precioso. Se trataba de una marrana tremenda de grande que la habían trabajado de manera preciosa los perros de Los Chalecos, de Borland, y de Fernando López y Ricardo Torres.

Mi padre, decidido, entró a rematar la cochina a cuchillo.

El ir y venir de reses era constante, en el pechete que teníamos en frente no quedo un pingajo de monte sin trastear y los tiros se sentían retumbar en toda la finca. Al coronar la solanita una podenquete del Chaleco levanta un marranete que mas que verlo lo intuimos, al poco sentimos tirar a la volcá. Habíamos pillado los marranos en la mancha y estaban saliendo poco a poco con el paso de los perros. El tiempo pasaba volando y los tiros no dejaban de sonar. Pensaba en mi amigo Nino, lo imaginaba disfrutando y conforme por el buen trabajo realizado. Pocos son los que saben lo difícil que es conseguir pillar los marranos en una mancha.

En esas estaba, sintiendo como volvían ya las rehalas sobre sus pasos, cuando de repente un "jai" seco se escucha a las espaldas del testero de frente, al poco un trasluzón lejano en el que intuyo un marrano, se descolgaba dirección hacia nuestra postura por el regajo que moría frente nuestra, tras el cochino los podencos pelibastos de Fernando López y Ricardo Torres, animados por la voz inconfundible de Pepe "El Indio" su perrero. El marrano que los deja atrás y viene en nuestra dirección, cruza el carril que iba por nuestra izquierda y se planta frente nuestra. El tiro lo acusa, rodando tras un lentisco que nos lo tapa. Tarda poco en rehacerse y trastabillado continuar, no pudiendo rematarlo en buenas condiciones pues los chaparros de delante nos lo tapan. Animados por el tiro se acercan un par de "atravesaos" con divisa amarilla, son de Pedro Armenta que lo agarran sin dilación, al sentir lejos del agarre a Pedro, bajo decidido al agarre. Ya con más perros sujetos a él lo remató, se trata de una marrana menor a la primera. Con ayuda de Salva, compañero de fatigas de Pedro, acerco la cochina al carril y vuelvo a la vera de mi padre. La sonrisa que inunda nuestras caras es digna de fotografía.

Con las dos cochinas cobradas en el ultimo puesto de la armada Pinos-Mimosa.

Joaquín Borland asoma ya en nuestro puesto, viene de recogida con sus borlanes. Se para a echar un cigarro y nos cuenta como ha ido su mano, se le nota orgulloso y como de costumbre sonriente, sus berrendos han estado a la altura agradeciendo la bajada de temperaturas, solo falta que caiga ya el liquido elemento, que tanta falta hace. El postor asoma ya por nuestra espalda, le comentamos donde están las reses y se presta amable a tomarnos unas fotografías. El día había sido magnifico y debía quedar documento gráfico de ello, de todas maneras dudo mucho que lo vaya a olvidar.


Salva, Dani Marín, Pedro Armenta, Rafa Alcaide, Gitanillo y Joaquín Borland esperando las reses.

Ya en el cortijo las caras sonrientes del personal delataban el éxito de la jornada, mas de uno cubrió expediente con nota. Unas judías en compañía de buenos amigos y a la vera del bueno de Manolin Navas dieron tiempo a que llegaran las reses que dieron fe del gran día que tuvimos la suerte de disfrutar los afortunados que estuvimos. Desde aquí mi mas sincera enhorabuena para la propiedad, así como para mi buen amigo Nino Barrios como gestor de la finca. Me alegra que tu trabajo se haya visto recompensado, no es facil matarle casi 50 marranos, más venados y ciervas a esta finca.

Junto a Nino Barrios, "culpable" en mucha medida del buen día que echamos, enhorabuena figura.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Bocero Bajo (Posadas, Córdoba)

Encinasola, Fregenal de la Sierra, Zafra, Llerena, Azuaga, Fuente Obejuna, Peñarroya, Belmez, Espiel, Córdoba, Villarrubia, Almodovar del Río y Posadas. A las 5:30 estaba saliendo de Encinasola para llegar a tiempo al Hotel María de Posadas, tres horas de viaje, de esos que se hacen con gusto, lastima que la noche fuera mi unica compañera durante el trayecto, pues es bonito ir fijandose en el paisaje y más cuando el trafico es nulo y se puede disfrutar del viaje.

Algún sorprendido que subia por la carretera de Badajoz incluso me llamo al cruzarse:

- ¿De donde vienes a estas horas?
- De la frontera con Portugal. Ná, de un enreo con poca suerte.
Los camiones de los perros tambien subian a su ritmo camino de Valdegrillos, que tambien se echaba ese dia. Parece mentira que todos los años se maten tantos marranos en las mismas puertas de Córdoba, con que fuerza estan resistiendo los cochinos al envite de los parcelistas.
Un cafe rapido y en marcha, que los Vilela son de los que se ponen nerviosos el dia de su monteria. Poco a poco nos fuimos juntando los amigos que cubriamos los 30 puestos que cerraban esta coqueta mancha que antecede a Las Minas de La Plata. Que gusto da llegar a una junta y no dar a basto saludando. Gente joven, aficionada, con muchas tablas y con la ilusion de un debutante en esto de la venatoria. Muy complicado dar con dias como este, pero cuanto agradecemos a familias como los Vilela el que año tras año repitan.

Nando Lopez, Gregorio Luna, Inma Funes, Yolanda Chanquet y Javi del Rey.

El sorteo se fraguo en el interior del cortijo: Curro y Juanito Vilela se rodearon de doctores en la materia: Alvaro Pedregosa, Javi Gimenez y Rafa Alcaide "El Buitre". Que tres elementos se juntaron rodeando los sobrecitos, a cual mas peligroso.

Javi Gimenez, Alvaro Pedregosa, Rafa Alcaide y Juanito Vilela.

Esta temporada he optado por coger el sobrecito de la derecha, en Bocero seguí con mis manias: El 4 de Piedras Blancas. Llevaba de postor a Javi Gimenez y de vecino a Ricardo Lopez. El puesto me gusto, una cañá que terminaba en un pechete sucio de aulagas en solanilla. Tenia dificil ajuste pero era muy cochinero, ademas me recordó al del año pasado donde no tire una marrana de milagro.

Tardaron poco en soltar los perros, tres rehalas venian, la de Mari Carmen Prieto (divisa negra y roja), la de Rafa Alcaide y Rafa Cruz (divisa verde con "corbata" de la bandera nacional) y la de Serafín Gomez (divisa roja), precisamente esta ultima fue la que paso por mi puesto. Mucho calor, poco campeás las rehalas en general, monte incomodo de andar...el caso es que paso sin pena ni gloria por delante mia. Me quede con ganas de ver montear a Javi, perrero de Mari Carmen Prieto, pero llevaba otra mano donde hubo mas movimiento.

Podenco de Mari Carmen Prieto (divisa negra y roja).

Al final se cobraron 8 cochinos, no esta nada mal. Faltó el navajero de otros años pero cumplio con creces la mancha. Un detalle a tener en cuenta, no se fue ningun marrano, al menos que se sepa. Al final hasta vamos a aprender a darle a esto. La alegria del dia me la dio Joaquin Enriquez, cobro un cochinete, su primer cochino (que no res) pero llego que radiaba ilusión por los cuatro "costaos" y conto el lance con una tremenda emoción que hizo disfrutar a los que escuchamos atentos su narración, que buenos aficionados hay entre los Enriquez.

Manuel Villen y Cristobal Perez se hicieron con un machete ayudando a confirmar mi fundada teoria de que a estos dos los dejas en medio de Ronda de los Tejares y ponen patas arriba un marrano. Luego dicen que no tienen flor en el culo, ¡lo que tienen es la Floristeria Sta Marta entera!

Manuel Villen y Joaquin Enriquez contentos con sus cochinos.

La comida, magnifica. Cada uno arrimo a la mesa lo que pudo y nos pusimos como "el kiko", que cantidad de comida y toda buenisima. Salmorejo, tortillas, embutidos, ensaladilla, empanadas, rollos de carne...y de postre, ni el buffet del mejor hotel. Todo sensacional.

Desde aqui mi mas sincera enhorabuena a los Vilela, desde luego, año tras año, dan ejemplo en muchos sentidos. Seguid asi que pronto daremos un pelotazo de esos con los que sueñas Juanito.

Muchos amigos y buenos aficionados nos juntamos cada año en Bocero.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Picoroto Alto (Encinasola, Huelva)


Un grupo de amigos, la mayoría sevillanos, nos juntamos para montear en Picoroto Alto, finca localizada en la misma frontera con Portugal, estando próxima al pueblo luso de Barranco. Poco menos de dos horas de coche, carretera cómoda y paisaje precioso hasta poner pie a tierra en Encinasola. Abrazos y efusivos saludos, hacía bastante que no coincidía con Paquito Ruiz, Javi Romero, Tirso Roca de Togores, José Mª Soto, Alvarito Dominguez, Rodrigo Maesso y Antonio Diaz entre otros.

Fuimos al puesto Borja Roca de Togores y yo. La manita de mi amigo fue tremenda, no se la corte de milagro. A decir verdad me pidió que sacará yo el sobre, pero al decir su nombre fue decidido a la mesa del sorteo. Que os voy a contar de nuestra postura, de esas que aunque cobres alguna res no la quieres ni en pintura. La armada recorría toda la linde oeste de la finca, delante nuestra una hoya tremenda atravesada por dos arroyos. El monte de encina con pegotes de lentisca precioso, pero difícil iba a ser que rompiera algún cervuno por allí. Los guarros, que se suponian abundantes en la mancha iba a ser harto complicado que rebozaran por nuestro paso, y mas sabiendo que toda la linde que cerramos se encontraba cerrada con una valla de piedra sin portillo alguno, en fin, un poema.

El puesto. Poco más de lo que Borja tiene delante.

El postor, muy cachondo el tío, cuando nos deja allí y al mirarle con cara de "¿este es el puesto?", no tiene mejor manera de animarnos que soltándonos un: "Aquí es donde se matan los venados grandes". Hay que tener poca verguenza. Por lo menos, las risas que nos echamos Borja y yo en el puesto, cada vez que uno le decía al otro la sentencia del propio eran menudas. Gracias que echamos algo de abituallas: El queso de Corral del Calatrava que eche en el zurrón y la botellita de tinto que llevaba mi compañero nos supieron a gloria bajo el sofocante solano que nos acompaño durante toda el día.

A gloria nos supo en el taco en el "Cierre de la Cierva".

Los perros, ese es otro tema aparte. Ilusionado que iba yo con ver trabajar los famosos paterneros de aquella zona y nada que ni rehalas ni leches, vimos como en las aproximadamente 200 ha que divisamos solo paso una rehala - perdonad por llamarla rehala, es para que nos entendamos -.

Que si, que de lejos vimos alguna cierva, que a mi me pareció ver un venao a unos 500 metros y que tiros sentimos, lejísimos pero los sentimos pero que no, que las cosas no se pueden hacer así y menos cuando hacerlas bien cuesta muy poco mas. Al menos me quede tranquilo comentandoselo al "orgánico".

A lo lejos, el país vecino: Portugal.


Resultado: unos quince marranos (un navajero bonito y otro macho cruzao que parecía un saco de papas) y cuatro venaos (dos bastante bonitos). Me imagino que esos eran los venados bonitos que se cobraban en mi puesto según el postor. El mejor puesto con cuatro reses, dos venaos y dos cochinos, el que ocupaba el orgánico. Sin comentarios.

Ninguno del grupo de amigos que nos juntamos tuvo suerte, Chete Soto falló un marranete y poca historia mas. Las papas con choco que nos metimos entre pecho y espalda, y la larga sobremesa en el hotel de Encinasola fue lo mejor del día. Yo me quedo con eso, confiemos que en la próxima la fortuna se porte mejor y por lo menos no pasemos calor.

Desde aquí agradecer a Rodrigo Maesso el hecho de que se preocupe en organizar estas historias que son divertidisimas y que muchos sabemos el "pestiño" que conlleva montar estos berengenales. ¿verdad tocallo?

lunes, 2 de noviembre de 2009

Mezquetillas de Calvo (Hornachuelos, Córdoba)

Montería que gusta asistir: Poquitos puestos para cerrar la mancha, de invitación, en el corazón de la Sierra de Hornachuelos (con todo lo que ello conlleva), finca con un sabor diferente a la mayoría de las manchas, buenos aficionados, rehalas: de lo mejorcito y ambiente muy agradable.

Se monteó la mancha Piedras Pardas. De nuevo, al igual que hace un par de años estuvimos en la armada del Turmal, cerrando la huida hacia el refugio natural de las reses, el cerro de "El Peco". Puesto corto, de los que obligan a estar atento pues el tiradero, en una ligera vaguada, era una monda anchota que se abría en el filo del monte, ese monte único de Hornachuelos.

Tras el sentido rezó, en el que entre otros se recordó a Curro Vega y a Pepe Ortega, dueños de rehala recientemente fallecidos, se paso a la salida de las armadas. Todo con extraordinaria celeridad pues a las 10:30 se pretendía soltar, como así fue. Antes de cargar el rifle, un arrollón a nuestra derecha provocado por el discurrir del resto de la armada hacía sus posturas, sin tiempo para reaccionar y con el rifle enfundado, un venado cruzando la monda a todo meter. La cosa no pintaba mal.

Al rato, en el viso, un venado bonito se salia de la mancha sin poderlo tirar. A lo lejos se sentían las rehalas, los perros nerviosos en sus "furgonas" se dirigían hacia el lugar de la suelta. En esto que por el filo del monte, en mi izquierda siento un débil ruido, un mínimo chasquido y rápida mirada hacía los grandes lentiscos que allí flanqueban el cortadero, y al segundo un venado sigilosamente busca su huida. Le veo blanquear las puntas, su cabeza era lo único que asomaba en tan cerrado monte. En silencio y con inmovilidad total aguanto, tras él, otro venado de similares hechuras. Los nervios a flor de piel, cualquier movimiento brusco puede echar al traste el emocionante lance. A los 30 segundos y con lentos movimientos, sin apenas sentirse, sale del monte y en la rivera del mismo toma dirección hacia la mancha vecina. Es el momento que aprovecho para encararme el rifle y disparar. El animal acusa el disparo y a trompicones rompe a correr sobre sus pasos. La herida de muerte le hace tomar la vaguada donde finalmente, tras doblar el tiro, cae. El segundo venado, sin dar cara, vuelve a la mancha sin dar opción a poder tirarlo.

Parejo y bonito venao de Mezquetillas de Calvo.

Trago saliva, y la enhorabuena de mi padre, situado a mi derecha, con una palmadita en el hombro provoca mi emocionada sonrisa. Estreno en esta temporada 2009/10, después de cuatro monterías sin tirar cobraba un bonito venado de 11 puntas en una de mis fincas favoritas, hoy llamada Dehesa Mezquetillas, para mi siempre: Mezquetillas de Calvo.

Al poco del lance se siente la suelta, las carreras alocadas de los perros son animadas por los perreros que comienza su labor buscando la mano a llevar. Los primeros en llegar al venado son una collera de berrendos, preciosos, son de Perico Carrasco (divisa negra con flecos amarillos). No se distraen en absoluto y rápido vuelven a meterse en la mancha. A lo lejos se sienten los primeros disparos, Iñigo Cabello y su hijo Juan, en el puesto de al lado tiran en repetidas ocasiones, que buen puesto hicieron en el difícil cortadero donde estuvieron puestos.

Los gritos de Berenguer, perrero de Juan Fernandez de Mesa (divisa azul y naranja) se sienten cada vez mas cerca, los podencos de su rehala asoman por los clarillos del monte cuando una ladra rompe la maravillosa monotonía del sonar de las cencerrillas: Corazón a cien, rifle encarado y desesperante espera, que no hace sino acelerar aun más el corazón en mi pecho. Una cierva joven rompe hacia nosotros, la rehala casi al completo tras ella, traspone y al rato de vuelta buscando a Berenguer. Con lances así también se disfruta.

Las rehalas pasaron, algún cruzao de Manolo Perez (divisa negra y collarín de la bandera nacional) también llego a nuestra postura. Los tiros no cesaban y la mañana transcurría con ladras lejanas, alguna chota cruzo por nuestro puesto tomando dirección opuesta a los perros.

Pronto, sobre las dos y cuarto se empiezan a escuchar las caracolas en los cerretes próximos al cortijo de Los Canonigos. Nos acercamos a marcar el venao y nos hacemos las fotos de recuerdo cuando pasa el postor a preguntar, recogemos y al jardin de la casa, buscando una cerveza para celebrar el estreno de temporada.


Contento con mi venado una vez finalizada la montería.

Allí comento con unos y otros, Joaquín del Campo también ha matado un venado, como José A. Spínola. Cochinos, no los pillamos en la mancha, solo se cobraron cuatro, siendo buena la marrana de Casilda. En total, 40 reses, sin contar las ciervas, que también se podían tirar. Tras la copiosa comida, ya en el interior de la casa, el corrillo entorno a las reses y la enhorabuena a la propiedad, se puso broche final a una magnifico día de montería en una de las fincas con mas sabor de la Sierra de Hornachuelos.

En el patio de la casa con Jose A. Spínola y Joaquín del Campo.