Con lo chicuelo que eras, pero que cabroncete fuiste siempre, adjetivo, con cariño, que te iba como anillo al dedo. Quizás ese aspecto fue el que hizo que nos lleváramos tan bien. Nos reímos mucho juntos y disfrutamos de momentos inolvidables, ratos que siempre recordaré. Así, a bote pronto, me acuerdo de las veces y veces que fuimos a tu perrera, a las espaldas de Villarrubia, donde tuviste aquella rehala de coloraos. Después ya se metió la Seguridad Social y Hacienda en esto de los perros, y consiguió aburrirte hasta conseguir que acabaras quitándolos. Una pepsi, una bolsa de patatas, una tripa de embutido, y allí que pasábamos las tardes de verano refrescándonos en la alberca y charlando de perros. La de marranos que hemos "matado" mientras nos dábamos un chapuzón.
Cazamos juntos varios días, pero recuerdo con cariño el día que monteamos El Cerrejón, o el infernal día de agua y aire que nos hizo en Suerte Alta, entre otros muchos que coincidimos en el monte. Nunca dejabas de pinchar y buscarnos las cosquillas a quien se acercaba por donde estabas, te hacías querer Antoñín. Cuesta mucho pensar en que no volveré a echar un rato contigo, en que no volveré a pedirte ningún favor, y lo que más me duele, que no fuimos juntos a ver jugar al fútbol a tu hijo Kevin con el C.D. El Higuerón, como tantas veces te prometí que haríamos cuando la temporada se hubiese acabado.
No quiero dejar atrás aquel fin de semana que pasamos en la Venta del Charco, nos juntamos una buena cuadrilla y pasamos muy buenos ratos, ninguno de los que allí estuvimos, estoy seguro que siempre recordaremos esos días. Ni por supuesto olvidaré aquel susto en Intercaza 2012, cuando tuvimos que salir corriendo para el hospital por el percance que tuvo Kevin, tu hijo.
Sin más, desearte lo mejor allá arriba, que sigas haciendo trastadas con tus pirañas y mantengas a raya los marranos de esas otras manchas, como siempre presumías que hacías aquí, en tu jurisdicción, en las faldas de Córdoba. Dejas aquí muchos amigos, y muchos que te queríamos y que nunca te olvidaremos.
Descansa en paz Antoñín, descansa en paz Matacochinos.
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