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UNA REHALA

UNA REHALA

No hay verdadera montería sin perros. Cuando se montea de verdad, es decir, con todos los elementos que el caso requiere, y entre ellos, y en lugar preeminente, varias rehalas punteras, éstas lo van diciendo todo. Lo van diciendo todo al que sabe escuchar, que no es fácil. Si sabe escuchar, aunque le haya tocado un puesto en que, por mala suerte, no haya tenido vista sobre el terreno, se habrá podido dar perfecta cuenta -siempre y cuando los perros sean de calidad- de todo cuanto ha sucedido en el día. Desde la hora en que se soltó hasta en la que se terminó la batida: de si ha habido interés o no, de si se ha tirado bien o mal, de si la caza ha corrido en dirección que convenía, de si se ha vuelto o de si no ha salido. En fin, de todo se habrá enterado y bien poco será lo que le puedan contar los que han tenido la suerte de presenciar el conjunto.

Veinte Años de Caza Mayor. Conde de Yebes.

EL PERRO DE REHALA

EL PERRO DE REHALA

El buen perro de rehala, sea cualquiera su clase, desde el puro podenco envelado y peliduro al de padres desconocidos y tipo inverosímil -que los dos pueden ser de punta-, requiere, entre otras, las siguientes características principales: fuerza, coraje, perseverancia, vientos y dicha. A cuál de ellas mas importantes, y si no las reúne es un perro incompleto.

Veinte Años de Caza Mayor. Conde de Yebes.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Suerte Alta (Obejo, Córdoba)

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A muchos les parecerá una broma, pero desde la puerta de mi casa en Córdoba hasta la entrada de Suerte Alta se tarda, un escaso cuarto de hora. En las inmediaciones de la barriada de Cerro Muriano, se sitúa esta mancha tan querenciosa para los de la vista baja: los marranos, para que nos entendamos. Con tremendas ganas de echar un día de perros, entrando con ellos, quiero decir, me animé a acompañar a Joaquín y a sus borlanes.
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Joaquín Borland soltando los afortunadaos que montearán en Suerte Alta.
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Como de costumbre, recogí a Nico en Arroyo del Moro y subimos a por Joaquín a la Carrera del Caballo. Una vez allí, soltamos mi coche y en el camión nos dirigimos hacia las perreras, en Alcolea. Tras cargar los veintitantos elegidos para montear, al surtidor a tomar café en El Jaguarcito. La junta de las rehalas en el mismo Muriano, en el comienzo de la Vereda de los Pedrocheños. Allí nos juntamos las rehalas convocadas para poner aquello patas arriba.

Coronel, se quedo triste en la perrera.

Concretamente eran siete, propiedad de: D. Juan Agredano (divisa collar verde y collarín de la cencerra rojo), D. Ricardo Torres (divisa collar verde claro y collarín de la cencerra naranja), D. Jesús Bernier (divisa collar amarillo y collarín de la cencerra amarillo), D. Juan Corral (divisa collar azul y collarín de la cencerra rojo), D. Antonio Peña (divisa collar y collarín de la cencerra morado), D. Rafael Borland (collar negro sobre fondo azul y collarín de la cencerra amarillo) y D. José María Muñoz Peña (divisa collar verde claro y collarín de la cencerra rojo).

Seria, y muy en tipo, la facha del podenco sedeño de D. Ricardo Torres.

Apenas un rato estuvimos allí esperando, el necesario para tomar fuerzas, cambiarnos de ropa y organizar las sueltas. La nuestra, en la linde con La Armenta, en compañía de los hermanos Sojo, perreros de Agredano, y Pepe El Indio perrero de D. Ricardo Torres. Después de disfrutar con las preciosas imágenes de la suelta de estas tres homogéneas rehalas, nos pusimos en marcha convenientemente organizados: La mano alta para los Sojo, la baja para El Indio y entre ambos los borlanes de Joaquín.

Preciosa la instantánea de la suelta de los borlanes.

El día pintaba agua, y no tuvimos que esperar mucho para sentir las primeras gotas. Se estaba poniendo fea la cosa y hubo que sacar la ropa de agua. Precisamente cuando nos encontrábamos en ello, sentimos una ladra de parada en el mismo regajo donde nos situábamos. Rápido los perros vuelan hacia la ladra, era de marrano. Tarda en salir de su cama y es que hasta que no siente los primeros valientes mordiendo no mueve ficha.

Pepe "El Indio", perrero de D. Ricardo Torres, junto a sus característicos valientes.

Un buen marrano corre regajo abajo dirección al Indio, al cual avisamos y alerta, a los puestos allí situados, del viaje del cochino. Poco tardan los berrendos de Borland en dar con otro marrano, en este caso una hembra que tras latirla alegremente un par de cañadas finalmente se para, produciéndose el agarre. Tras dejar morder a sus valientes, y después de una loca carrera para presenciar el agarre y ver quienes muerden, momento de entrar al remate.

Siempre espectacular: el agarre.

Poco antes de llegar a la linde con los quemaos, una marranete que se vuelve con la rehala detrás. Lo tiran los puestos animados por los perreros, con lo que eso provoca en el corazón del montero. En la cuerda, antes de proseguir la mano, nos paramos a llamar perros en la postura de D. Juan Agredano, que en compañía de Juande, su hijo, nos comenta el trabajo de sus perros. Están teniendo la oportunidad de verlos trabajar, con la satisfacción que eso provoca a un dueño de rehala.

Buenos aficionados: Juande Agredano, Joaquín Borland, Juanillón y Nico Priego.

En el último achuchón, antes de ir de recogida, pasamos por el puesto de Chico. Allí una parada a saludar, un chupito para refrescar la garganta y a seguir con la tarea. Antes de alejarnos, le ilusionamos con que le echaríamos un marrano, y faltó tiempo, al instante sentimos la ladra de parada de los borlanes. En lo alto del cerrete que tenía de tiradero, entre dos cañaíllas, estaba encamado el cochino. Animamos a los perros y avisamos a Chico, que atento juega el lance de maravilla y lo echa a rodar. Vaya cosa bonita, vaya espectáculo.

Los borlanes en la cuerda de Suerte Alta.

Ya de recogida poca chicha, no hubo tanto marrano como se presumía viendo los rastros, pero es que las lluvias y el desagradable aire de los días previos habían vaciado la mancha, aun así el resultado no fue malo. Con pocos puestos se cobraron una docena de cochinos, pero aquello unos días antes estaba para doblegar, cuanto menos, ese resultado.

Nico Priego y Joaquín Borland en el discurrir de la mancha.

En cada puntal del camino de vuelta hubo que pararse a llamar perros, faltaban muchos y las posturas se habían levantado ya. En los camiones, hubo tiempo para cambiarse y recuperar fuerzas con un taco que nos supo a gloria. La Sola faltaba, y aunque estaba controlada pues la habían visto carrilear, no había manera de que se dejara coger. Probablemente, un mal modo en algún puesto provocó esa rara actitud en una perra que no acostumbra a recoger mal.

Cargando en Suerte Alta.

Completamente de noche, salimos de la mancha, tocaría volver al amanecer del día siguiente. Afortunadamente, como ya he comentado, Suerte Alta coge muy cerca de Córdoba y antes de partir hacia la mancha del día siguiente, pudimos ir a por la Sola. Lleno de experiencia, Joaquín, supo como hacerla subir al camión. Muchas veces no somos conscientes del daño que puede producir la reprimenda desproporcionada de un puesto y las consecuencias que puede provocar, y es que seguramente eso fue lo que le ocurrió a esta berrenda de Borland.

Gran día el que viví en compañía de Joaquín y sus borlanes.

7 comentarios:

  1. hola rody me podrias mandar fotos del sistema de bebederos dela perrera de los borlanes. Gracias

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  2. Mis mejores deseos de paz y felicidad en estos días.
    Y un 2011 lleno de alegrías, que podamos seguir leyendo aquí con ese buen sabor de boca que siempre nos dejas.

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  3. me podrias mandar fotos del sistema de bebederos de la perrera de los borlanes?

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  4. Me gustaria pero como no me diga su email es imposible que se las pueda mandar. Ademas que no se quien es, y cuanto menos podia presentarse o firmar al escribir en el blog.

    Un saludo.

    Rorry Barbudo

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  5. mi nonbre es nacho y si no firmo en su blog es porque no se como se firma, lo siento.

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  6. Hola Nacho,

    Al firmar unicamente me refiero a que al final de tu comentario pongas tu nombre, con eso es suficiente, asi al menos se a quien me dirijo.
    Para que te mande las fotos es necesario que tenga tu email sino es imposible hacertelas llegar.

    Un saludo,

    Rorry Barbudo.

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