Quedamos temprano para ir a cargar a la perrera y estar con suficiente tiempo tomando café en El Jaguarcito. El operativo, el mismo de tantas otras veces, pasar por casa de Nico, subirnos para la Carrera del Caballo, recoger a Joaquín en su casa y tomar carretera de Alcolea dirección a sus perreras en Pendolillas. Tras soltar en el corralón a los valientes elegidos para la ocasión, rápido a cargarlos en el camión para salir en busca del cafelazo.
La junta para las rehalas sería en la puerta que da acceso a Las Erillas, en Villanueva del Rey. Una fila interminable de furgonetas, remolques y camiones aguardaban, alineados en la parte derecha de la carretera, la orden de los guardas para dirigirse a las distintas sueltas. Un total de veintinueve rehalas habían sido convocadas por Manolo López "Notarias", como capitán de la Peña de Monteros de Córdoba, con el fin de poner patas arriba la mancha El Jabardillo.
El magnifico resultado del pasado año, más de ochenta marranos se cobraron en la mancha, ponía en listón muy alto para la presente campaña. Aun así, en los comentarios de guardas y entendidos de la zona se vaticinaba otro pelotazo para esta peña cordobesa en El Jabardillo. Las ganas de comenzar a montear se sentían en los comentarios que se escuchaban en los corrillos formados en torno a los perros.
A las once y media estaba previsto que se soltará por lo que con tiempo para llegar a las sueltas, los guardas fueron dando entrada en la mancha a las distintas rehalas de manera que se fueran dirigiendo a sus sueltas acompañados de sus respectivos guías. Gran despliegue de medios humanos el que es necesario para organizar tanta rehala y tantas sueltas diferentes como eran necesarias para montear en condiciones la mancha en cuestión.
Grandes rehalas entre las allí convocadas, con algunas de ellas aun no había coincidido en la presente campaña por lo que la oportunidad de poder saludar a sus perreros y el privilegio de acercarme por sus furgonetas y pasar revista a sus valientes fue una alegría. En nuestra suelta tres rehalas, soltaríamos con El Chino y El Chori en la linde de Campos Verdes.
Sin prisa pero sin pausa, fuimos cambiándonos a la espera de que nos dieran el aviso de soltar. El día se presentaba despejado y con unas condiciones fantásticas para montear, las lluvias de las semanas previas y la altura de la temporada a la que nos encontrábamos permitirían poder disfrutar con los perros y es que si no están a tope y andan como deben a mediados de Diciembre, difcilmente podrán hacerlo a otra altura de la campaña montera.
Colocadas las furgonetas con los portones dando cara a la mancha y tras una breve explicación por parte del guia, momento de repartirse la mano. El Chino iría por la mano baja, más cercana al arroyo, El Chori por la mano alta y nosotros entre ambos. La suelta era inminente, los perros lo presagiaban y el nerviosismo en el interior de los furgones era un hecho. En la lejanía ya se sentían los disparos, el cervuno se movía y las distintas sueltas se iban produciendo.
Gran instante el de la suelta, uno de los momentos grandes de la montería. Siempre rápida, dinámica, breve, corta, emocionante, en fin, todo un espectáculo para el que faltan palabras en nuestro diccionario para describir correctamente, lo mejor verlo y vivirlo. Nico se encargó de abrir la puerta a los borlanes que, apresurados y con ganas de comerse el monte, saltaron del camión. Poco tardó en llenarse todas las vereas de berrendos con divisa negra sobre fondo azul y collarín de la cencerra amarillo.
En seguida sentimos la primera ladra, un venao chico intentaba salirse de la mancha y fue descubierto por los de D. Rafael Borland que, frescos y fuertes, lo latieron y corrieron por los espesos jarales del comienzo de la mano. Deseosos estábamos de tener oportunidad de dar con los marranos, y así fue, poco tardamos en sacar el primero. En una solanita de jaras y a media falda se encamaba el cochino, la ladra de parado retumbó en la mancha. Los ánimos de Joaquín a sus valientes provocaban que acudieran a la llamada, que espectáculo más bonito.
Finalmente y después de aguantar todo lo que pudo, salto el marrano de su encame. Su carrera, próxima a nuestra situación, nos paso cerca provocando que los gritos de ánimo a los perros alentaran a los puestos de cierre pues el cochino intentaba salirse de la mancha. No habían transcurrido ni cinco minutos cuando en la mano que llevaba la rehala El Chori latían sus perros, otro marrano. Sus paradas intermitentes arremolinan los perros de ambas rehalas que finalmente terminan cogiéndolo, entrando El Chori al remate.
Dando cara a uno de los puestos una nueva ladra, un cochino corre directo al montero que ocupa la postura. De un finísimo y nada fácil disparo culmina el lance de manera magistral, los perros se ven vencedores y muerden con ganas. Los disparos se sienten retumbar en los barrancos y es que como se presumía la mancha estaba atestada de reses. El ir y venir de los perros tras el cervuno es constante, las ladras se suceden y los borlanes, incansables, trastean cada mata que encuentran a su paso.
Llegando al tope momento de una breve parada, a llamar perros y reorganizarse para volver dirección de la suelta, eso si, monteando que después de llegar al tope hay que seguir monteando hasta las furgonetas y no dedicarse a ir contando perros, fea costumbre que desgraciadamente es normal ver hoy día. Y así, después de unos minutos en el cortafuegos que indicaba el tope de nuestra mano, juntamos de nuevo los borlanes y comenzamos a andar sobre nuestros pasos dándole una nueva pasada a nuestra mano.
Practicamente llegando a las furgonetas sentimos una nueva ladra, los perros llenos de afición acuden raudos a la llamada del valiente. Se trata de un nuevo cochino que encamado en los pinares se ve obligado a huir por el limpio intentando escapar de los berrendos de Borland. Poco tardan en darle alcance, llegando el grueso de la rehala al instante consumándose el agarre. En la lejanía contemplamos el fiero y bello espectáculo ofrecido por los perros.
Joaquín me anima a acudir al agarre, rápido y olvidando el cansancio acumulado en las piernas corro decidido a finalizar el lance y consumar el gran trabajo de los borlanes. Con el corazón apunto de salirse de mi pecho me aproximo despacio y callado. Se trata de una marrana medianeja, los alanos la tienen bien sujeta y confiado entro a cuchillo, culminando así el bello lance.
Tranquilos y dejando volver a los rezagados vamos cargando en el camión los que van llegando a la suelta. Faltan todavía unos pocos, tocaría esperar. Aprovechamos para ir cambiándonos. Nico aprovecha para encender una candela, el frío arrecia y nos espera un rato llamando hasta que lleguen los últimos. Joaquín, caracol en mano, se acerca a los puntales próximos para llamar y escuchar a ver si siente las cencerrillas. Poco a poco y como un chorreo van llegando los que faltan, junto a la candela y compartiendo el hato que cada uno ha traído reponemos fuerzas.
Saliendo de la finca esperamos a las demás rehalas, ellas son las que nos informan del gran resultado de la montería. Finalmente se cobraron setenta venaos, sesenta cochinos y treinta muflones, un gran éxito el cosechado por la Peña de Monteros de Córdoba en El Jabardillo. Nosotros disfrutamos de un día magnífico y es que cuando hay marranos y los perros trabajan tan bien como lo hicieron en el día de marras, uno se da cuenta el porque le apasiona este mundo de la manera que lo hace.
Rorry, no será porque no lo intento,pero es que no se publican los mensajes.No me pierdo ninguna crónica, y me las leo todas 1 y 2 veces, y mas ahora en esta época de parón.Solo desearte toda la suerte del mundo con tu proyecto, y que no dejes nunca de deleitarnos con este blog,con el que todas las semanas de montería se nos hacen mas amenas leyendo tus enredos en el campo,un fuerte abrazo de tu amigo y compañero de fatigas Nico.
ResponderEliminarDicen que el que la sigue la consigue, y ya veo que eres de los míos, que en cabezonería difícil que nos superen. Parece ser que has conseguido que me lleguen los mensajes, me alegro compañero, me alegro.
ResponderEliminarGracias por tus ánimos y por seguir el blog, sabes de sobra que por fieles como tu intento no dejaros una semana sin vuestra dosis de campo y perros.
Un fuerte abrazo compañero.
Rorry Barbudo
¡Pues yo pa mi que sacas,na mas que lo que te conviene en cuestion de comentarios . ¡Asi te ves! Si no siembras no recojes.Si lo publicas sera la primera vez que lo haces,se ve que no te van las criticas constructivas.Saludos.
ResponderEliminarLa conveniencia no es la razón. En muchos casos saco los que me llegan firmados, cierto, entre otras cosas porque están firmados y los que no lo están porque me puedo imaginar de quien se trata. Los comentarios no dejan de publicarse por ser constructivos o dejar de serlos sino únicamente porque no entra en mi idea de blog los comentarios críticos desde la sombra del fácil y cobarde anonimato.
ResponderEliminarLos que me leéis sabéis perfectamente quien firma cada entrada, no me escondo detrás de ningún anonimato por lo que veo lógico que cualquier comentario venga firmado con nombre y apellidos.
Rorry Barbudo