La junta se celebró en la casa del castillo de Madroñiz.
Majestuoso, desde su posición en alto, el castillo de Madroñiz.
Ignacio Pinilla, Premio Manifiesto de la Montería en 2008, en reconocimiento por su labor como capitán de montería, forma parte de la sociedad encargada de gestionar esta mancha y es el responsable de campo de la misma. Se trata de un grupo de buenos aficionados pacenses entre los que reina un gran compañerismo y respeto. Ya me lo habían comentado algunos amigos, y es que en cierta manera viven la montería como antiguamente. De la misma manera me habían repetido, una y mil veces, la cantidad de buenos marranos que se matan en Madroñiz. Mi ilusión, por supuesto, estaba desbordada.
Ignacio Pinilla, dando las últimas indicaciones antes de sacar las armadas.
El puesto, de cierre, era un carril con poca visibilidad y corto tiradero hacia la mancha que cerramos y con un amplio testero de chaparros y retamas a nuestra espalda. El hecho de que se monten puestos en varios manchones y que hubiera sueltas tan dispersas hizo que estuviéramos mas pendientes del testero que del cruce del camino. La suelta no se hizo esperar y con los gemelos disfrute viendo una de ellas. Imagen preciosa la de los canes blancos chorrearse por un testero de jaras.
A nuestra espalda, un amplio testero de chaparros y retamas.
Al momento la primera res faldeando pecho enfrente, una pepa que se quitaba de en medio a marchas forzadas. Yo seguía disfrutando con las carreras de los perros a lo lejos cuando de repente, un tropel me hace mirar bruscamente hacia el testero de nuestra espalda, un venao directo de frente hacia nosotros, rompiendo monte y dejando sonar, en su carrera, la leña que llevaba encima al topar con jaras y chaparros. Pongo en alerta a mi padre y el corazón me empieza a dar porrazos en el pecho, se distingue que el venao no es moco de pavo, la cuerna es clara y se distingue en la distancia. Cuando ofrece el flanco izquierdo el primer disparo, parece que no lo toco. Rápido apunto de nuevo y al segundo disparo cae tras unas retamas, las palmadas en la espalda entre padre e hijo sonaron en la mancha. Al momento vemos que se reincorpora y sigue con su carrera, se nos esta metiendo encima y las copas de los chaparros no me permiten meterlo bien en el visor. Le indico a mi padre que lo espere al salto del carril, y rápido busca el sitio más adecuado para un cómodo remate. Sigo su huida entre matas de retama y chaparreras para justo antes de taparse en la espesura de la vera del camino distinguirlo, y poder disparar. Mirada entre mi padre y yo, tensas, por supuesto. Sentimos un último tronchar de jaras a pocos metros de nuestra situación, nueva mirada y gesto de: estará ahí muerto. A pesar de la proximidad del lugar donde debía estar el venao decidimos permanecer atentos en nuestra postura, aquello acababa de empezar y ya habría tiempo de matar la curiosidad.
Solo eran las doce y el lance, emocionantísimo, nos había quitado el frío que, a pesar del sol radiante, se dejaba notar. Los perros seguían llevando su mano y la rehala que moriría en nuestra armada ya se dejaba sentir a lo lejos, aunque su mano venia por la cañá que apenas veíamos y únicamente sentíamos las continuas ladras y el animar del perrero. El viento, en un principio cambiante, acabó por pegarnos en el cogote, complicando de esta manera la posible entrada de algún marrano. Mala suerte, estábamos cargando la mancha, y aunque perjudicó nuestra suerte, le vino fenómeno a los puestos de nuestros flancos, ambos tiraron, ladras que aunque traían nuestra dirección acabaron rebozando hacia ellos.
Podenco fino de la rehala de Cabeza, divisa bandera extremeña, dando cara en nuestra postura.
Los primeros perretes fueron dando la cara al carril dominado desde nuestra posición, perros de divisa con los colores de la bandera de Extremadura. Eran de Pedrín de Manchita, rehala de Cabeza. Al instante dieron con el venao, momento que aprovechamos para ir a verlo y comentar con Pedrín lo bonito que era. Ciertamente era un precioso venao, grande de cuerpo y con un trofeo achaparraete muy bonito. Un privilegio cobrar un venao así en finca abierta, más aun tratándose de una finca mas cochinera que otra cosa.
Joven cruzao de rehala de Cabeza, mordiendo el venao.
La vuelta de las rehalas no tuvo mucha historia, los numerosos disparos que sentimos fueron disminuyendo y cuando se escucharon las primeras caracolas comenzamos a recoger. Sacamos el venao al carril, con ayuda de unos compañeros de armada, que educadamente nos dieron la enhorabuena. Gran detalle. Alguna foto para el recuerdo, vuelta en busca del potaje y sobretodo de la chimenea.
Trece puntas y muy parejo el venao de Madroñiz.
A medida que fue llegando el personal se pudo ir vislumbrando que pocos habían sido los que no tiraron, algunos con más fortuna que otros. En general se había divertido todo el mundo, la cosa había estado repartida. Las reses poco a poco fueron llegando, al salir de allí, contabilice treinta marranos, con cuatro buenos machos y tres venaos bastante bonitos, poco más faltaría por llegar.
Después de despedirnos de Ignacio, fotos con el castillo de fondo y despacito para Córdoba. Habíamos empezado bien el año 2010 y el tintineo de la cuerna del venao en el maletero del coche, provocado por los baches del carril, nos iba sonando a gloria. Un venao así en finca abierta, tiene un sabor especial.
Enorabuena tanto por el dia disfrutado, como por compartirlo con tanta pasión...ni que decir tiene que narraciones como esta, hacen que un cafe en la oficina, tenga un sabor muy distinto....
ResponderEliminarGRACIAS personaje...
Ana B.
Muchas gracias a ti, Ana. Me alegra que participes en el blog y dedicarme esas palabrillas tan cariñosas son un detalle que valoro mucho.
ResponderEliminarEspero verte pronto. Eso si, en la sierra, con tu chaquetón rosa chillón, junto al bueno de Adolfo, animando esos perretes con collar rojo y goma verde que tanto andan, los de mi amigo Luis Gimenez, tan bien llevados por esa peculiar pareja que formais Adolfo y tu.
Espero que el cafe cambie pero a mejor, eh!
Rorry Barbudo.
Enhorabuena amigo Rorry por tu entretenidas y apasionantes crónica monteras y sobre todo por tu precioso venado!!!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Alfonso E.
Muchas gracias compañero!!! Me alegra que por fin consigas participar en el blog, con comentarios de monteros como tu esto se engrandece.
ResponderEliminarUn abrazo Alfonsito.
Rorry Barbudo.
Menudo buen comienzo de año.....sólo falta el cochinete!!!!
ResponderEliminarUn beso. Blanca
¡Y que lo digas! Sabes que esa era la ilusión con la que iba a Madroñiz, pero esta visto que en esto de la caza nunca se sabe, y mira por donde me traje un precioso venao. A ver si este fin de semana hay suerte..
ResponderEliminarMuchas gracias por participar. Un beso.
Rorry Barbudo.
Me gusta el detalle ese de la jara en el lomo del venado, como si estuvieras cazando en el este de europa, jejejeje o tapando el tiro que no ha sido muy bueno jejje.
ResponderEliminarUn saludo y enhorabuena por el venado.
enhorabuena rorry es interesante como narras tu pasion, la verdad es que lo vives intensamente. Mi novio tiene una rehala y siempre le acompaño de monteria y esto ha conseguido que me vaya interesando cada vez mas el mundo de la caza y ahora en navidades que no hay apenas monterias estamos raros en casa jeje.
ResponderEliminarbonito venado y feliz navidad
Rorry.
un saludo