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UNA REHALA

UNA REHALA

No hay verdadera montería sin perros. Cuando se montea de verdad, es decir, con todos los elementos que el caso requiere, y entre ellos, y en lugar preeminente, varias rehalas punteras, éstas lo van diciendo todo. Lo van diciendo todo al que sabe escuchar, que no es fácil. Si sabe escuchar, aunque le haya tocado un puesto en que, por mala suerte, no haya tenido vista sobre el terreno, se habrá podido dar perfecta cuenta -siempre y cuando los perros sean de calidad- de todo cuanto ha sucedido en el día. Desde la hora en que se soltó hasta en la que se terminó la batida: de si ha habido interés o no, de si se ha tirado bien o mal, de si la caza ha corrido en dirección que convenía, de si se ha vuelto o de si no ha salido. En fin, de todo se habrá enterado y bien poco será lo que le puedan contar los que han tenido la suerte de presenciar el conjunto.

Veinte Años de Caza Mayor. Conde de Yebes.

EL PERRO DE REHALA

EL PERRO DE REHALA

El buen perro de rehala, sea cualquiera su clase, desde el puro podenco envelado y peliduro al de padres desconocidos y tipo inverosímil -que los dos pueden ser de punta-, requiere, entre otras, las siguientes características principales: fuerza, coraje, perseverancia, vientos y dicha. A cuál de ellas mas importantes, y si no las reúne es un perro incompleto.

Veinte Años de Caza Mayor. Conde de Yebes.

martes, 9 de febrero de 2010

Dehesa Vieja (Hornachuelos, Córdoba)

Que día más divertido el que organizan año tras año los García Liñán en esta manchita situada en el término municipal de Hornachuelos, próxima a la vecina Palma del Río. Correrías de todo tipo hemos vivido allí desde hace ya bastantes años, éramos aun estudiantes de agrónomos, y rara era la semana que no inventábamos algo. Peroles, tiro al plato, codornices, zorzales, aguardos por daños al maíz, excursiones a caballo, jornadas de pesca en el pantano, paseos en barca, hasta tiene unos hoyos para darle al golf... En fin, multitud de enreos campestres. Esos que tanto se echan de menos cuando uno va teniendo una y mil dichosas responsabilidades.

Situada próxima a las urbanizaciones de la zona, Dehesa Vieja o Pajares, como la conocemos, es una finca de regadío magnífica que además posee unas apretadas caídas a la derivación del pantano del Retortillo, donde se suele encamar algún que otro marrano. Estas caídas, con fuertes pendientes, forman unos manchones de monte cerrado, donde cada año se organiza el denominado manchón.

Muy buenos aficionados nos juntamos año tras año en Pajares.

Se intenta echar siempre para la época navideña, este año por diversos motivos se retrasó. Javi, como cada año, me avisó. Nada de madrugar, la junta a las diez, delante de la casa de Torrico, el guarda. Por el camino un café en el Hotel María de Posadas donde ya nos encontramos unos pocos que íbamos por la misma verea hacia Pajares.

Borja, Ricardo y Cristóbal. Vaya tres cazandangas.

La familia copa, casi al completo, la plantilla convocada para el manchón. Gran cantidad de primos son los García Liñán y prácticamente al completo, grandes aficionados. Aparte, algunos amigos de la familia y ya esta la lista de asistentes totales. Rehalas no hace falta buscarlas muy lejos, las dos de la familia y la de los hermanos Lora, con estas tres sobra y basta para poner patas arriba aquello.

Magnífico ambiente el que reina entre los García Liñán.

Después de saludar a tanta cara conocida y tomar una copita de oloroso llegaron las advertencias de la mano de Julio. A continuación un respetuoso rezo en el que se recordó al gran abuelo de la familia, D. Juan García Liñan, que se fue hace poco, pero como gran montero y mejor persona, siempre se le echa en falta en una junta montera.

Hermanos García Liñán durante el rezo.

Este año, en compañía de Blanca, nos tocó en el Camino del Agua, concretamente en el puesto del Acebuche. Se agradece el seguir conservando los puestos con nombre propio, se le da mucho encanto y tiene un dulce sabor a antiguo tal detalle. Una vez conocido el sitio de cada uno fuimos comentándolo unos y otros, mientras empezaban a moverse los coches camino de la mancha.

Gonzalo, explicando a Cristóbal y a Grego cúal era su puesto.

La gran mayoría de puestos los ocupan gente joven, pues un grupo importante de no tan jóvenes prefieren disfrutar viendo las corridas de los bichos y el trabajar de los perros desde el pantano, dando un divertido y ameno paseo en barca, llevando para ello avituallamiento para no tener necesidades en caso de un hipotético naufragio. Ellos son los encargados de reprochar los fallos clamorosos de más de uno. Desde allí se ve todo.

Julio y Rafa preparando la salida de las primeras armadas.

Mi postura, cerrando la mancha, a priori puede parecer de todo menos cochinera, pero es que los marranos acostumbran a salir y a entrar por las riveras de monte en su intento de despistar los perros. Por frente, un pechete limpio, tras éste otro pecho del que sólo dominaba la cresta y en la citada cresta el comienzo del monte. Precisamente allí es donde debía estar más atento.

El puesto del Acebuche, a mi derecha el arroyo.

A mi derecha un arroyo muy sucio, el cual no debía perder de vista pues tenía muy buena pinta para que pudiese salir de allí un cochinete, así me lo advirtió Javi cuando me dejo en el puesto. En el siguiente puesto, el bueno de Mel. Que buen compañero de armada, mira que tiene suerte. Raro es el día que no tira.

Preciosa la estampa del berrendo de García Liñán.

Rápido se sintieron los primeros tiros, al principio más chorreados, pero hubo un momento que aquello era la guerra. Hubo lances que parecían interminables, carreras que debieron llevarse más de diez tiros y recorrerse armadas enteras. Los cochinos, que se tragan muchas balas. ¡Y cómo anima esto una mancha! Los perros sensacionales, creo que no hace falta hablar de los perros con divisa y collarín de la cencerra de la bandera nacional capitaneados por Pepe Ballesteros. Qué buena rehala la de García Liñán.

Detalle de la furgoneta de la rehala de García Liñán.

Los marranos no salieron como otros años a los altos, y puestos como el mío, no tuvieron la suerte de otras ocasiones. No tiré, mala cosa a la que me estoy acostumbrando, pero el día fue magnífico. El sol radiante acompañó durante toda la mañana y el ir y venir de los podencos de la casa me mantuvieron pendiente en todo momento.

El día acompañó en el manchón de Dehesa Vieja.

Ballesteros, al dar cara por el carril me comentó que habían salido muchos cochinos, que los puestos más bajos se habían divertido de lo lindo. Y tanto que se habían divertido, hubo puestos que llegaron a ver hasta seis marranos. Alguno, como Carlos Molina, cobró tres. Los hermanos Rafa y Diego Canals aprovecharon muy bien su puesto con dos. En fin, aquello había salido muy bien. Se juntaron quince marranos en el tapete final, dándose así uno de los mejores resultados.

Ballesteros, después del trabajo bien hecho, camino de la furgoneta.

De comer nos pusimos hasta arriba. Las judías pintas estaban sensacionales y el buffet de tartas irresistible. La verdad que fue un día magnífico, se agradecen estos manchones con poquitos puestos, todos conocidos, mucha gente joven, buenas rehalas y un ambiente tan agradable. Si encima hay suerte y se coge la mancha con marranos. ¿Qué más se puede pedir?


Curiosa y atípica la imagen del plantel de cochinos junto a la barca.

Con días como estos, poquito a poco, se le va metiendo el gusanillo del campo a tanto chiquillo como van reuniendo entre los primos García Liñán. Sin duda, es la mejor escuela que pueden tener. Con razón han salido todos tan buenos aficionados.

Bueno y sano el ambiente en Dehesa Vieja.

4 comentarios:

  1. Juan García-Liñán28 de febrero de 2010, 19:56

    Magnífico relato, Rorry. Mi hermano no me comentó nada de él y me lo he encontrado de casualidad.
    Lo pasaré al resto de la familia.
    Un abrazo

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  2. Muy buena crónica maestro!!! A ver si para próximas ediciones tienes más suerte y tiras algún que otro cochino....
    Un abrazo.

    Joaquín Tortosa garcía-Liñán

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  3. ¡Muchas gracias por participar compañeros!
    La verdad que, como de costumbre, echamos un dia magnífico. Estaís poniendo el listo muy alto.
    Un fuerte abrazo.

    Rorry Barbudo.

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  4. Muy bonita crónica Rorry!
    ¿Cómo no me habías avisado que estaba?
    Aquellos años de estudiantes...
    Un abrazo!

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