Me apetecía mucho montear con esta joven peña cordobesa de "Monteros Españoles". Es este su segundo año de vida y me habían hablado muy bien de ella. Grandes aficionados y magníficos dueños de rehala la constituyen, en general mucha cara conocida y bastantes amigos.
Cerraban el curso 2009/10 en tierras onubenses, dos días de montería por la zona de Aracena, sábado y domingo para poner broche a su segunda temporada en el candelero. Me avisó la semana anterior un buen amigo y dueño de rehala, Enrique Garnica. El primer día le iba a ser imposible asistir por motivos de trabajo, y tras pedir la venia a "Monteros Españoles" me animó a que fuera pues sabía de las buenas rehalas que acostumbran a convocar esta peña y lo que me gusta a mi eso. Acepté muy agradecido e ilusionado con la invitación.
Plano de la mancha a batir, El Aliso.
Hubo quien durmió, es un decir, la noche de antes en Aracena, las caras de por la mañana lo decían todo. El grueso de la expedición salimos temprano desde Córdoba. Por el camino, la cosa pintaba fea. No paró de caer agua hasta que salimos de Sevilla dirección a Aracena por la ruta de la Plata, donde afortunadamente se fueron abriendo las nubes.
Previo al sorteo, muy buen ambiente entre Monteros Españoles.
La junta, en un bar de Aracena. Un amplio salón donde poco a poco fueron llegando los monteros. El más madrugador, Anastasio, jefe de campo de "Monteros Españoles". Tras saludar a tanta cara conocida, como allí se dio cita, se paso a sortear. El propio Anastasio y Rafa Alcaide fueron los encargados de llevar la voz cantante. Esta vez no tenía en quien escudarme y me tocó meter la dichosa manita. Fui a parar a la armada del Cierre del Alto. Mi consuelo: en la misma armada que José Miguel Sánchez "El Anchoa" y Javier Fragero, dos que pueden presumir de buena mano y en la que Anastasio ocuparía el último puesto.
Rafa Alcaide y Anastasio durante el sorteo.
Antes del rezo, dirigido por Macarena, algún que otro lógico reproche por la ausencia de la bandera nacional presidiendo la mesa del sorteo. Alcaide, olvidos de este tipo no se pueden tolerar. Hubo que aguantar la salida de las armadas, la mayoría de las rehalas que venían de Córdoba se habían pasado Aracena y habían ido a parar a Mérida. Así que matamos la inquietud con una palomita antes de salir.
A Rafa Alcaide se le llamó al orden. ¡Vaya olvido!
Monteamos El Aliso, finca que se sitúa en la misma linde entre los términos municipales de Aracena e Hinojales, pero perteneciente a este último municipio onubense. La mancha la constituye un extenso laderón situado en la margen derecha del Rivera de Hinojales. Posee una fea y desagradable repoblación de eucaliptos es su zona alta que va cambiando a medida que se acerca al cauce, existiendo lomas, cañadas y testeros de jaras mucho más monteros en las proximidades del sopie.
Detalles de las furgonetas de Eduardo Cadenas, Santiago del Moral, Manolo Pérez y Enrique Garnica.
Rehalas vinieron doce, seis de la zona y otras tantas cordobesas. Desde Córdoba vinieron muy buenas rehalas, propiedad de: Rafa Alcaide y Rafa Cruz (divisa bandera nacional sobre fondo verde), Santiago del Moral (divisa a franjas rojas y amarillas), Manolo Pérez (divisa negra y collarín de la cencerra de bandera nacional), Enrique Garnica (divisa a franjas rojas y negras), Gonzalo Morenés (divisa a franjas rojas y azules) y Eduardo Cadenas (divisa bandera nacional sobre fondo azul). Muy buen material el que convocaron Monteros Españoles, se agradece.
Podencos y atravesaos conforman la rehala de Cruz y Alcaide.
Mi armada en la cuerda, cerrando lo más alto de la mancha. Puestos muy cerrados, con poca visibilidad (al menos los primeros números) tirando al salto del carril que separa los eucaliptos del monte de jara de la finca vecina. Dentro de lo que cabe, mi puesto era de los más resultones que vi. Tenía un cortadero limpio donde podía sorprenderme un marrano en un momento dado y se puede decir que siendo muy optimista podría clarear el cervuno entre los malditos eucaliptos. Un pero: Si no hay sitio para dejar el coche se avisa y me voy con un compañero de armada. Tuve que dejar el coche en mitad del carril, en el mismo puesto. Los bichos esas cosas las extrañan y así ocurrió con muchas de las pepas que me entraron.
Número seis del Cierre del Alto. De fondo el embalse de Aracena.
La moda de tirar ciervas en finca abiertas también ha llegado a Huelva. Había una de cupo, que no tiré. No estaba el día como para sacar las manos de los bolsillos tontamente con la rasca que hacia allí en tó lo alto. Bromas a parte, seamos un poco responsables con el tema de las ciervas que al final la Administración se sale con la suya y acaba con nuestra montería. No creo que en El Aliso hiciera falta quitar hembras, la verdad.
Las vistas desde la cuerda eran preciosas.
El puesto tuvo poca historia. Ciervas si vi en varias ocasiones, pero mi coche se encargó de hacerlas correr y únicamente por la espalda me entraron unas que rebozaron hacia la mancha lindera. Tiros se escucharon bastantes y ladras también pero por mi cortadero no dio cara ningún marrano. En continua comunicación con Rafa Alcaide, me fue relatando como iba la cosa y me animaba a que no perdiera la esperanza en tirar. Él había rematado a cuchillo un cochino.
Bellísima la estampa del atravesao de Garnica.
Pocos perros dieron cara por mi puesto, tampoco tenían porque hacerlo. Únicamente algún atravesao de Garnica y algún que otro podenco de Eduardo Cadenas, muy en su tipo, fueron los que pasaron tras los pasos de las ciervas antes citadas. Un sabueso, de las rehalas de la zona, se dedicó a latir el rastro de las ciervas que se pasaron a la mancha de al lado, durante toda la mañana. Por mucho que los defienda Citrania, no están hechos para esto.
Podenco de Eduardo Cadenas dando cara en el número 6 del Cierre del Alto.
En mi armada, que os voy a contar que no os imaginéis a estas alturas: Anastasio tiró un venao que no cobro, Javier Fragero mató una buena marrana y en el puesto de "El Anchoa" un marranete. Es mejor no pensarlo mucho, pero desde luego es que hay gente que tiene suerte. Yo soy más de la teoría futbolera de Luis Aragonés. Él defiende que la suerte no existe pero si la mala suerte. A esta última, desgraciadamente, la voy conociendo cada día más.
De camino al lugar del puchero una parada en algún puesto para preguntar por como había ido el día y una parrafada en la suelta con Fernandito el de Morenés, Raúl el de Alcaide y Cruz, y Prosineski el de Manolo Pérez. Estaban completos y no tardarían en coger caminito de Córdoba, que al día siguiente volverían a montear allí.
Atravesao de Gonzalo Morenés. Divisa a franjas rojas y azules.
Buen ambiente en la comida, el caldo calentito me sentó de maravilla. En la cuerda del Cierre del Alto pase algo más que frío. Intentos hubo para que me quedara a dormir y montear al día siguiente, pero no podía ser. Se lo agradecí a Monteros Españoles y le desee suerte para el día siguiente donde esperaban superar la docena de marranos que se cobraron en El Aliso, donde además se fallaron dos venaos.
Que buen ambiente el que existe en Monteros Españoles, ya me lo había comentado algún amigo que había monteado con ellos y en El Aliso lo pude comprobar pues me trataron como uno más de la peña. Mucho compañerismo y buen ambiente, corriendo los tiempos que corren, no es moco de pavo. Enrique, muchas gracias por la invitación.
Eres un crack Rorry,espero verte el año que viene algún dia con nosotros.Y prometo no olvidar la Bandera.
ResponderEliminarRafa Alcaide
Un abrazo